Persiguiendo la navidad

Navidad

A estas alturas me encuentro viendo un video mas bien interesante de dos Neoyorkinos cantando un villancico Neo electrónico con un toque de música coral. Bien, estupendo, es uno de esos días en los que cada tres segundos encuentras algo que te llena la conjuntiva del ojo de una acuosa intención de lagrima que gracias a dios no se termina de formar.

La navidad, oh, la navidad, esa maravillosa época de emociones encontradas, sueños, deseos y promesas que todos los años vuelve y revuelve todos y cada uno de los sentimientos de la sociedad del mal llamado primer mundo.

Oh navidad, blanca navidad, por mucho que no sea amigo racional de estas fechas y que por lo general desde hace ya una década sufra de ataques inesperados de sociopatía por la perplejidad y el desconcierto que me genera esa sobredosis edulcorada de felicidad que aparentemente emana de todo objeto, persona o ser en periodo navideño, he de reconocer que es una época que me golpea con fuerza y aturde todos mis sentidos, teniendo un cocktail de sentimientos encontrados. Soy de naturaleza sensiblona lo he de reconocer, no de lágrima fácil pero si mas bien nada difícil de emocionar.

La navidad es una época que me ayuda a revisas y proyectar futuro, no es que no sea algo que no haga todos los días, pero bueno, parece que por ser fin de año y por la sobreexposición a información con la que nos bombardean todos los años con los tópicos navideños que cada día son más, la sensación de tener pensamientos, objetivos e intenciones de cara al futuro es mas intensa.

Pues bien aquí me tienen, sentado delante del ordenador, escribiendo para un publico inexistente, en la cocina de casa, sintiendo una especie de navidad inminente que no comprendo.

A todo esto, simplemente he empezado a contarles lo de la navidad por una visión que he tenido, clara y concisa. No pretendo ser sarcástico ni aguar a nadie las fiestas, pero ha sido una iluminación.

Si, es verdad, la navidad tiene cosas maravillosas, pero de momento para mi, solo tiene cosas maravillosas porque uno hace todo lo que puede por salir con vida del laberinto navideño de compromisos, reuniones y efusividades varias no carentes de tensión.

La navidad, es una especie de gran contradicción irreconciliable.

A mi entender la navidad, el origen de mi concepto de navidad es muy trágico, toda la magia, la ficción que se genera en navidad cuando uno es pequeño, desaparece. Acaso no es trágico!

Todo ese encanto toda esa inmensidad emocional acaba siendo ficción.

Como no va a ser una época de sentimientos encontrados, después de una infancia de navidad emocionalmente plena cargada de magia, y cuando digo magia es magia de verdad, de la que en el mundo adulto es difícil de encontrar, llega la edad adulta donde todo ese gran velo desaparece para dejar paso no a la realidad. Sino a la realidad adulta, algo difícil de digerir, tan difícil que creo que aún sigo algo indispuesto.

Por eso es la navidad tan confusa para mi. Cada navidad es una gran batalla por saber si he de volver a ser niño en parte y soñar, o seguir viviendo en el gran mundo adulto lleno de irresolubles juicios e irreconciliables errores.

Es una época de nostalgia. Pero si os soy sincero aun sigo disfrutando de pequeños momentos, si, de pequeños momentos en los que mis humildes deseos en mi cabeza de niño de navidad pasada se cumplen. Y no me planteo si pueden no cumplirse, solo disfruto porque son. Están.

Queda mucho trabajo que hacer, muchas cosas que mejorar, pero el camino ha estado bien, y no hubiera podido llegar tan lejos sin hacer este recorrido tan complejo.

Ya no soy un niño, del todo, espero no dejar de ser un niño para siempre nunca.

Bueno cosas de la edad quizás, antes no quería ser un niño, siempre intentaba huir de la niñez, ahora no quiero perder lo poco que me une a la magia.

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