Coge una palabra y haz un nudo; marinero,
un ocho,
si no se escurre, en el cuello, dale cuantas vueltas puedas,
y cierra el nudo, concluye el ejercicio, perfecto.
Es un capullo, tras la crisis tomará forma,
algo nuevo.
Una crisálida,
un insecto,
Kafka mirándose al espejo,
conquistar Polonia, tu juego.
Atar las palabras, un mundo nuevo,
sin significantes,
solo ruegos,
en sus ataduras esperando el destierro.